Lo recuerdo todavía, con esa pueblerina sinceridad y el travieso duende infantil que nunca ha perdido, cuando ingresó a la prestigiosa orquesta de nuestro laureado maestro Dioni Fernández, aunque ya lo había tratado someramente desde unos meses antes. Desde aquellos primeros encuentros sentí que había conocido a un artista con un futuro promisorio y con las herramientas necesarias para triunfar y perdurar en la memoria colectiva.
Estoy refiriéndome a Eddy Rafael, ese talentoso cantante y compositor sancristobalense que desde siempre demostró que sus cualidades interpretativas van más allá del merengue insípido con que nos atosigan la paciencia los chapuceros del contagioso ritmo vernáculo que han contribuido a su debacle.
Eddy Rafael Valdez Rodríguez es el hijo menor de la señora Carmen Rodríguez y del señor Radhamés Valdez, un empleado privado que administraba dos prósperos negocios y que murió en la pobreza, por lo cual entre sus compueblanos lo recuerdan como uno de los hombres más serios de su generación, algo de lo que hoy su vástago habla con un orgullo mucho más que bien justificado.Siga Leyendo
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