Juan Elías Ramírez lamenta la precariedad en que vive junto a más de un centenar de familias en uno de los tres centros de refugio, en San Cristóbal, tras sufrir los embates del ciclón Georges, el 22 de septiembre de 1998.
Trece años después nuevas generaciones han surgido en el mismo corazón del albergue provincional donde fueron en condiciones de damnificados.
”Hay cuatro sanitarios e igual número de baños para las familias que tienen que hacer sus necesidades en medio de la inmundicia”, dijo Ramírez.
Unas 115 familias permanecen refugiadas aún en tres albergues adonde fueron llevadas de emergencia por las autoridades.
Los centros para refugiados son Alfa 4, Alfa 6 y La Marina, y en éste último, 23 familias viven allí desde 1998. Llama la atención la gran cantidad de niños ñcasi adolescentesñ que nacieron aquí, lo que indica que toda su vida ha transcurrido en un refugio.Siga Leyendo
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