En espera de agua potable, comida, frazadas y colchas están cientos de damnificados que dejó el desbordamiento de los ríos Nigua y Yubazo tras el paso del huracán Irene por este municipio.
El panorama es desolador, mientras la gente en los diferentes barrios afectados está sacando lodo “a mano pelá”, tratando de salvar lo poco que les quedó, porque aún no llegan equipos de socorro, en los refugios persiste el lamento generalizado de que la ayuda es prácticamente nula y las autoridades tampoco hacen acto de presencia.
En los barrios Moscú y Los Molina los afectados dijeron que el único que los había visitado temprano fue el ministro de Salud Pública.Siga Leyendo
No hay comentarios:
Publicar un comentario