Jacobo Payero, presidente de la fundación que lleva su nombre, improvisó un supermercado en la parte trasera de su empresa en donde cada martes, jueves y sábado, cientos de mujeres, hombres y niños acuden a comprar los diferentes productos de la canasta familiar a precios tan bajos que a veces cuestan menos de la mitad de lo que vale en un supermercado o colmado. Siga Leyendo
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