San Cristóbal es una ciudad sobre la que ya casi no me atrevo a opinar, a pesar de que es mi ciudad natal, en donde residí hasta cumplir los 18 años y donde luego laboré como Jefe del Servicio de Gineco-Obstetricia del Hospital Dr. Rafael J. Mañón S., del Instituto Dominicano de Seguros Sociales, desde enero de 1979 hasta enero de 2009, cuando fui pensionado tras 30 años de servicios ininterrumpidos.La razón de mi cautela es que, aunque parezca extraño, de cada 100 personas que veo pasar sentado en una de las bancas del parque Piedras Vivas, conozco si acaso 2 o 3, habitualmente mujeres, porque fueron mis pacientes en el hospital, y éstas, indulgentes con mi mala memoria, se acercan despacio y tímidas y me lo recuerdan.Siga Leyendo
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