Por Franklin Peralta Guzmán
Valencia, España. Quien escribe, antes de residir en España, vivió en San Cristóbal, desde el 1999, que me casé, hasta el 9 de mayo del 2003. Desde esa fecha he estado ligado familiarmente y por lazos afectivos que me unen a San Cristóbal. Sin embargo, nunca en los más de diez años que me unen a San Cristóbal había visto tanta violencia como hasta hora. A tal grado, que no entre al Internet, que es habitual en mí, a leer los periódicos criollos, que no lea una noticia de un hecho de sangre o de un robo. Siga Leyendo
Valencia, España. Quien escribe, antes de residir en España, vivió en San Cristóbal, desde el 1999, que me casé, hasta el 9 de mayo del 2003. Desde esa fecha he estado ligado familiarmente y por lazos afectivos que me unen a San Cristóbal. Sin embargo, nunca en los más de diez años que me unen a San Cristóbal había visto tanta violencia como hasta hora. A tal grado, que no entre al Internet, que es habitual en mí, a leer los periódicos criollos, que no lea una noticia de un hecho de sangre o de un robo. Siga Leyendo
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